martes, 15 de marzo de 2011

Cap. Décimo. Úsenme la ropa, no importa

Como solamente se iban a quedar a dormir, no tenían nada de ropa “linda”. Yo les propuse que se pusieran lo mismo del día anterior; me miraron con mala cara y siguieron sacándome ropa.

Terminaron usando mis pantalones nuevos (que yo todavía no había estrenado), mis remeras, collares, pulseras, zapatos, maquillaje; en fin, todo.

Como todavía era muy temprano, fuimos a caminar a una plaza, que quedaba cerca de mi casa.

Mientras caminábamos, con Tomi íbamos agarrados de la mano. Y por supuesto, Megara y Aria iban de mi lado izquierdo, y Juan con Federico del lado derecho de Tomás.

Reíamos, hablábamos, estábamos de lo más bien, cuando mi chico me dijo al oído que no adelantáramos un poco, para dejarlos a ellos cuatro solos.

Busqué desesperadamente un comercio de ropa y, por suerte, logre ver uno de ropa más o menos decente. Corrí tirando a Tomás del brazo, y mire atontada un conjunto de ropa, que, la verdad, no estaba tan mal.

Nuestro plan, funcionó perfectamente, Meg, tratando de seguirme, se tropezó con una baldosa suelta y casi se cae arriba de Federico. Él la agarro en el momento justo, y desde ahí no los separamos más en toda la tarde.

Como no les quedaba otra Aria y Juan Pablo se juntaron para hacer sociales y quedaron re enganchados.

- Bueno, ¿Que prefieren, vamos a comer pizza o vamos a un restaurante?- dijo Tomás, cuando era el mediodía y Meg ya se había quejado que tenía hambre.

- Vamos a comer pizza, no traje tanta plata- dije revisando mi billetera negra con besitos rosas, que me había regalado hacía un año Manuela.

Todos asintieron.

Caminamos unas cuadras más, y cuando llegamos a la pizzería, me dí cuenta que Meg y Fede iban de la mano; igual que Ari y Juampi.

Terminamos de comer, y me llego un mensaje al celular:

“Saphi, volve rápido, que Santi tiene fiebre. Nos vamos al hospital. Mamá.”

Quería morirme, era una de las mejores tardes de mi vida, y la veía arruinada por la salud de mi hermano. Esperaba esa misma tarde ir al cine con Tomás solamente, pero no se iba a poder.

- Hey, Saph ¿Qué pasa?- otra ves me delataba mi cara, Aria era la primera en darse cuenta.

- No, mamá dice que mi hermanito esta con fiebre, me tengo que volver…

- Bueno, déjame que te acompañe- agrego Tomás rápidamente al ver que me levantaba de la mesa.

Sonreí, y saludé a los demás, les guiñe el ojo a las chicas y nos volvimos.

Veníamos en silencio, cada tanto nos mirábamos y sonreíamos, pero no pasábamos más de eso.

No hay comentarios: