viernes, 22 de abril de 2011

Cap. Veintiuno. El sentido común, que es el menos común de todos

11 De Junio. 14.13 P.m.

Tenía ganas de escribir, ¿Viste cuando te dan ganas de agarrar la lapicera y escribir de cualquier cosa, pero con tal de escribir quedas satisfecha? Bueno, en ese ataque escribí dos hojas enteras, pero las de impresión. Lo más raro es que escribí de Gonzalo. Hoy estuvimos los dos recreos hablando, nos apartamos de los chicos, nos fuimos a la fuente y hablamos, hablamos de todo, y hubo momentos en los que me daban altas ganas de tirarme y comerle la boca. Pero no podía hacerlo así nomás, “no es el momento” y le hice caso al sentido común, que es el menos común de todos, como dice mi abuelo.

Es buen pibe, también es lindo, tiene unos hermosos ojos verdes, lo único, es un poco más grande que yo, me da cosita eso, o sea, como que él ya es como un “adulto”, yo soy una nena que acaba de cumplir catorce.

martes, 19 de abril de 2011

Cap. Veinte. Tentación.

- Bueno, ¿Y ahora? ¿Nos vamos para casa?- preguntó Meg cuando salimos temprano del colegio el martes siguiente a mi cumpleaños.

- No, tengo una idea mejor, ¿Vamos a lo de Ari?- invité.

- No sé, Saph, no creo que ella pueda…- me respondió mi amiga.

Okey, no vallamos nada, creo que mi cara de descontento lo decía todo.

- Bueno, vamos para casa…

Llegamos a mi casa y prendimos la tele:

“Por inconvenientes con los salarios de los docentes, se realizará un paro con tiempo indefinido de las clases. El mismo comenzará la semana entrante, es decir, habrá unas

“minis vacaciones” que posiblemente se junten con las de invierno…”

- No lo puedo creer- saltó Meg, evitando que siga escuchando la noticia.

- Pará, callate, quiero escuchar- grité, tratándola de callar.

“Bueno ahora cambiando de tema…” Y cambié el canal, no quería escuchar los problemas políticos de los adultos, cada mono a su palmera. Puse MTV que estaba pasando un recital de Avril Lavigne; lo dejé ahí.

- Bueno, así que nos quedamos sin clases…- susurré.

- Así parece, que mal, no quiero que se corten las clases- dijo Meg, y yo pensaba lo mismo.

- Pero nos podemos juntar, no creo que no nos dejen… y seguro que nos van a dar montón de tarea.- carajo, odio la tarea que mandan durante las vacaciones.

- Si, seguro, nos va a llover tarea, sobre todo de cívica. Esa loca de mierda.

Y entramos a reírnos con ganas.

Después de terminar la tarea que nos dieron de historia Meg preguntó:

- Che, ¿En que quedó lo de la fiestita en lo de Thiago?

- Ah, se pasó para este viernes, ¿Por qué?

- ¿Pensas hacer “algo”?- cuando entonaba ese “algo”, entendí enseguida.

- Posiblemente, si se da, si. Igual, no espero que pase más que un beso.

- Ah, bueno. Pero, no te vas a volver a enganchar ni nada, ¿no?

- No sé, espero que no. Pero ese pibe me vuela la cabeza, siempre, lo veo y se me acelera el corazón, desde chiquititos que me hace lo mismo…

Con Thiago éramos amigos desde tercer grado, era el amor de mi infancia, habíamos estado de “novios” en quinto grado, pero nada más, y después momentos sueltos en las vacaciones, y cada tanto volvíamos a contactarnos, pero siempre igual.

Colgada la cosa.

Era una costumbre, así que ya estaba aprendiendo a jugar con él, como él hacía conmigo. Pero siempre en algún momento, yo volvía a caer. El ser humano es el único que se tropieza dos veces con la misma piedra. Que bien que se aplica a mí esa frase. Además yo ya me había tropezado prácticamente cinco veces, no sé que me pasa por la cabeza con él. Es como muy tentativo. Si, eso. Me tienta, todo el tiempo.

lunes, 18 de abril de 2011

Cap. Décimo Noveno. Un Lindo Gesto.

- Saphi, despertate, bebé, feliz cumple…- yo conozco esa voz, pero ¿Quién es?

- Dale, mamu, feliz cumple chiqui- otra voz, yo las conozco.

- ¡Saph, despertate ya!- esa voz la conozco, Santi.

Abrí los ojos con torpeza, hoy era el día, mi día, y yo haría cuanto quisiese solo por ser hoy.

- Gracias, ma.- dije mirándola a ella.- Gracias, pa; gracias, San.

Y sobre mis piernas me dejaron un paquete, presumía que sería un libro. Lo abrí y allí estaba: una caja con todos los conciertos en vivo de Muse.

Genial.

Solo eso se me ocurrió en el momento. Los abracé a los tres y me comencé a cambiar para ir al colegio.

¿Un pantalón o un short con calzas? ¿Musculosa y buzo o manga larga y saquito fino?

Decidí por un chupin y musculosa con saquito fino. Las zapatillas que usé en el cumple de Meg. Y solamente delineado, sin color. Me sujeté el flequillo, a los costados también, con algunos mechones sueltos, tipo desprolijo, apropósito por supuesto. Agarré mi mochila y bajé.

7.20 A.m.

- Ya es tarde, chau a todos.- saludé al ver el reloj, sin volver a mirar.

- Ey, para, hay otro regalito- gritó mi mamá rápidamente antes de que saliera.

Dí media vuelta, y antes de llegar al escalón, mamá ya estaba allí.

- Cerrá los ojos.

Los cerré y sentía que me agarraba de la mano. También sentí algo frío que recorría mi mano hasta la muñeca.

- Feliz cumple, hija.- abrí los ojos y vi una pulsera hermosísima de plata con pequeños objetos. Un patín, una nube, una flor, un corazón, y una nota musical.

- Gracias, mami. Te quiero.- salí de mi casa, apurada, estaba llegando tarde.

En el colegio, Meg y Ari, me recibieron con un abrazo enorme cada una, y algunos compañeros del aula venían de saludarme.

En el recreo, vi pasar a Franco, me saludó, y siguió su camino.

Tomás vino, me abrazó fuerte, más de lo que acostumbraba, me tiró del pelo, y me mordió el cachete.

Exagerado, pensé.

Terminando el recreo se acercó Gonzalo.

Él es un chico más grande, está en cuarto, lo conocía de juntarnos en los recreo a boludear en grupo con otros chicos más, pero nada más allá de eso. Me pareció raro que él se acercase, prácticamente no nos conocíamos, pero fue un lindo gesto de su parte.

- Feliz cumple, Saph. ¿Cuantos años cumplís? – me preguntó mientras subía las escaleras centrales.

- Catorce, soy toda una nena grande – añadí con tonito de nena chiquita, jugando.

Se rió. Yo sonrojé al volver a pensar en lo que había dicho. Que madura la chica.

- Si, seguro que sí. ¿haces fiesta o algo?- preguntó como para volver al tema.

- No, las chicas se viene a casa, pero nada grande, hay que juntar la plata para los quinces.

- Tenes razón. Nos vemos.- me dijo dirigiéndose para su aula.

- Dale, chau.

Entré al aula, me senté en mi lugar, y comencé a sacar la carpeta para lengua.

- ¿Y que onda con Gozalito?- me preguntó Deisy, sentándose de golpe a mi lado.

- Nada - respondí con una sonrisa-. Creo que nada, no lo conozco, me saludó, nada más. ¿Por qué, te molesta?

- No, pero te miraba de tal forma…

Sinceramente, a mi también me sorprendió, pero no creo que pase nada, soy bastante más chica que él. No se va a fijar en nenas de segundo cuando puede estar con chicas más grandes.



Nota de la escritora (?): Meel, sé qe me seguís. Pero no puedo ver tu blog, y me encantaría chusmiarlo. Si podés(qerñes) dejarmelo en algún comentario, lo leo enseguida. (:

domingo, 17 de abril de 2011

Cap. Décimo Octavo. Lo Odio.

4 De Junio. 18.30 P.m.

Faltan tres días para mi cumple, no estoy exactamente contenta, ni feliz, ya le pedí disculpas a mamá, me perdonó, pero no es lo mismo…

La lastimé mucho, y su castigo es ignorarme, y es lo que más me duele, me hiere que me ignore. Lo odio. Tengo que intentar de todo para que me tenga en cuenta otra vez, necesito hacerlo, si no, no tengo en quien apoyarme en la casa, papá es bastante frío conmigo, Santi está siempre, pero no es lo mismo…

Ojala, mejoren las cosas, capaz que para mi cumple, las cosas tiene que haber cambiado.

Aunque sea un poquitito.

Cap. Décimo Séptimo. Dale, mete un poquito más la pata, a ver si así salís del pozo.

22 De Mayo. 19.30 P.m.

Mamá ya me descubrió, me dijo, y me trató, de todas las clasificaciones de mierda que existe en el mundo, y algunas de otras galaxias.

Dijo que estaba cansada de mis mentiras, que yo no tengo remedio, que ya no sabe que hacer para que yo cambie, que no quiere saber más nada de mí.

Pero pasa qu.

- Saphira, teléfono, atendé rápido- mamá estaba de verdad muy enojada; no se le va a pasar rápido.

- ¿Hola? ¿Quien es?- pregunté rápido, no estaba en condiciones de hablar por teléfono.

- ¡Hola, Saphi! Soy Deylin- ella era mi compañera de banco, éramos muy amigas, una más de mis mejores amigas, aunque no teníamos tanto trato.

- Ay, hola ¿Qué hacías?- pregunté despreocupada, olvidándome que estaba castigada.

- Nada, quería saber si estabas ocupada para hablar un rato.

- No, no, para nada, contame ¿Qué pasa?

- Eh, no, Saphira está castigada, y no puede hablar por teléfono- no me había dado cuenta que mamá estaba escuchando por el de la cocina.

- Ah, perdón, hablamos después Saph, besito.

No llegué a decir “chau” que Deysi (como le decíamos a Deylin) cortó la llamada, y mi madre subió a retarme otra vez.

22 De Mayo. 19.56 P.m.

Retomo: Pero pasa que yo tampoco sé como cambiarlo, no sé como mejorar, voy al psicólogo, pero mamá dice que no sirve si yo no tengo mejoras; no sé qué hacer conmigo…

Estaba conectada en el msn, cuando me aparece una ventanita:

“Tomi Ellas, tan dulces y tan bellas…”: Hola, princesa ¿Cómo andas?

“Saph Bésame como si se acabara el mundo”: Hola, maso, ando muy peleada con mamá. No quiero hablar de eso, ¿si?

“Tomi…”: Bueno; perdón gorda, me tengo que ir, hablamos más tarde.

“Saph…”: Dale, dale, beso.

Seguí haciendo la tarea…

“Mai”: Hola mumu, ¿Cómo va?

“Saph… ”: Mal, mamá sigue enojada, y es todo una mierda.

“Mai”: Y bueno, ahora te la vas a tener que bancar, espera a que se le pase a tu vieja la chinche, y arregla las cosas.

martes, 29 de marzo de 2011

Cap. Décimo Sexto. Mentía, cuando te decía: quédate tranquila, corazón.

Bajé mucho el rendimiento en el colegio, y creo que fue por estar al tanto de los chicos que me gustaban y eso.

Creo que tengo que dejar de lado eso, y ponerme las pilas en el colegio y en casa, que las cosas no andan muy bien…

Como decía antes bajé mis notas, a decir verdad, bastante, mi promedio era de ocho, bajé a cuatro, decayó notablemente y eso no iba a poner muy felices a mis padres.

Volví con las mentiras, otra vez, no podía mostrarles a mis papás mi bajo rendimiento, y empecé a ocultar las pruebas.

- Saphi, hace rato no tenes pruebas, bebé- me dijo mi mamá una tarde, cuando ya tenía tres notas bajas.

- Si, no sé, mami, estamos haciendo mucho repaso…- por qué mentía, si sabía que me iban a descubrir… sabía que terminaría castigada. Aún así, sabiendo todo esto, estaba mintiendo.

- Bueno, esta bien, seguí con tus cosas- me respondió despreocupada, con tonadita dulce.

Entré a mi habitación cabizbaja, mentirosa, en mi cabeza solo sonaba eso, mentirosa, desagradablemente mentirosa; maldita mentirosa.

Cap. Décimo Quinto. Teoría

Les tenía que explicar la teoría que tenía al respecto. Sobre la clasificación de los amores.

- Bueno, ya saben lo que pienso sobre como saber si de verdad queres a alguien… - yo pienso que para saber si de verdad te gusta una persona, un beso es la forma de saber con exactitud si es así. Y con Tomás, la verdad, fue muy poco lo que sentí.

- Sisi, eso ya lo sabemos, lo descubrís con el beso, y bla bla bla, pero ¿Como pasó? O sea, ¿Él no se enojo, no dijo nada? – me preguntó Meg, bastante frustrada.

- No, pensaba lo mismo, me facilito las cosas…- y fue ahí cuando me dí cuenta que solamente llegaríamos a ser amigos, simplemente amigos, con un pasado en común.

13 de Mayo. 22.36 P.m.

Bueno, como ya sabías, “terminé” con Tomás, mejoró mucho mi estado de animo, no creo que sea por que él me hacía mal, pero creo que al estar con él, por el hecho de estar con alguien, cambiaba mi forma de ver las cosas…

El sábado voy a la casa de Thiago, nos juntamos con los chicos de la primaria, nos vamos a quedar a dormir en lo de él.

Hacia rato no hablaba con él, a decir verdad lo extrañaba. No, no lo extrañaba a él.

Extrañaba su actitud conmigo. Habíamos organizado lo del sábado hacía tres semanas, pero la semana pasada le dije que lo extrañaba (aclaré que como amigo) y se puso bastante cortante conmigo…

Voy a estar en la compu, se acaba de conectar, voy a ver que onda…

jueves, 17 de marzo de 2011

Cap. Décimo Cuarto. “Nos sos vos, soy yo”. No, muy de película.

Nuevamente me sentía vacía.

Tenía lo que quería… o lo que pensaba que quería…

Ahora no lo sé, con Tomás ya cumplimos dos semanas, pero no fueron exactamente de amor y cariño. Siempre hay un tema para discutir; y siempre termina igual, terminamos enojados, yo con muchas ganas de mandarlo a la mierda (lo hago), y siempre por mensaje “perdón mi amor, ya esta, solo me había enojado”. Si, ya está, pero me cansé, ésto se acabó…

Hoy me desperté bien tempranito, me tenía que bañar, así que, bajé, y mientas me bañaba pensaba en qué le diría a Tomás: “mira, esto ya fue” no, muy común… “no sos vos, soy yo” muy de película; “yo te quiero mucho, pero creo que no da para más, prefiero terminar ahora, y no más tarde y que sea peor” esa va mejorando…

Esas y mil y unas frases más, pensando la mejor para no lastimarlo tanto.

Llegué al colegio, y lo encontré sentado en mi pupitre, hablando con Julián y Ezequiel.

- Si, y también la parte en que la él chabón se tiraba, pero no le pasaba nada…- Decía Ezequiel, supuse que hablaban de algo al cual no entendería, así que no presté demasiada atención a la conversación…

Saludé a mis amigos, y vi que Tomás se levantaba para saludarme, antes de que me diera el beso, lo agarré de la mano y lo saqué del aula.

- Tengo que decirte algo importante- Le dije en la puerta.

- Si yo también – Me dijo, y me quedé congelada.

- Vos primero- nos salió a dúo. Me callé para que él hablara.

- Mira, creo que la cosa, no va más, pero no por que ya no te quiera, todo lo contrario, te quiero muchísimo, y por eso no te quiero lastimar en el futuro…

- Te va a parecer ridículo, pero estuve toda la mañana pensando como decirte lo mismo, y no sabía como hacer para no lastimarte, y vos ya me resolviste una parte del problema.

- Ósea ¿que no estas mal, ni te vas a vengar?

- Se nota que me conoces poco, eh…

Reímos, nunca hubiera pensado que terminaría esto de tan buena forma.

Entré al aula, y ya estaban tomando lista, no habían llegado a mí todavía.

- ¿Por qué tanta felicidad?- me preguntó Meg, notando mi buen estado de animo.

- Terminé con Tomás- respondí con una sonrisa ¿Eso tendría que ponerme feliz?

- ¿¡COMO!? – se exaltaron a dúo mis dos mejores amigas.

- Eso, terminamos, la verdad que no éramos la posta de novios…

miércoles, 16 de marzo de 2011

Cap. Décimo Tercero. Las mejores amigas y el novio

11 de Mayo. 15.40 P.m.

Hacia rato no escribía, ¿no?

Bueno entonces te comento todo.

La semana pasada Tomás me invito a salir todos los días, pero no pude ir por las pruebas. Me cago. Este fin de semana vamos a salir, el sábado me voy a quedar a dormir a su casa, y el domingo tenemos toda la tarde para nosotros…

Creo que por hoy ya te informe lo suficiente.

Me voy a hacer una siestita…

Faltan tres semanas para mi cumple, y no tengo ni idea de lo que voy a hacer…

Pensaba que las chicas se viniera a dormir, pero como ahora estoy con Tomi quedaría medio feo, “las mejores amigas y el novio”, no, no me atrae la idea en absoluto…

Ya se me va a ocurrir algo.

martes, 15 de marzo de 2011

Cap. Décimo Segundo. Vacía

No podría decir que fue el beso de mis sueños, pero creo que fue bastante lindo.

De repente me alejó un poco, pero apenas, todavía podía rozar sus labios.

- Me gustas mucho ¿Sabes?- dijo con una sonrisa chiquita, pero muy notable, y volvió a acercarme

- También me gustas mucho- que chica inteligente, ¿otra cosa no se me iba a ocurrir?

Tendría que haber cerrado la boca y acercarlo más a mí.

Estaba por despedirme cuando salió mi mamá preocupada de por que tardaba tanto. Cuando nos vio abrazados, nos sonrío y volvió a entrar rápidamente.

- Creo que voy a entrar, seguro me va a empezar a llover…

No termine la oración que volvió a besarme, me soltó a la fuerza; por que parecía que una parte de él no quería soltarme y la otra decía que tenía que hacerlo. Y se fue, despacito, mirando hacia mi cada tres pasos que daba.

- Te quiero- llegue a leer las palabras silenciosas que salían de su boca. Lo saludé con la mano y entré.

Entré y fuí directamente a mi habitación, en el trayecto me lo encontré a mi papá…

- ¿Y? ¿Quién es este chico?- preguntó con los brazos cruzados sobre el pecho, poniendo ese tonito de autoridad.

- Un amigo, con el que salí hoy y con las chicas

- Ah, ¿así que comparten el novio?- yo no lo podía creer ¿Era un chiste, no?

- No, papá- respondí cortante, haciendo sonar con más fuerza el “no”-. Salimos con dos chicos más.

Me miró con cara de poco amigos, y subí a mi habitación rápidamente, cerrándola de un portazo.

Me tiré en la cama, furiosa ¿Cómo se le iba ocurrir decir eso? Esperaba un “¿y de donde lo conoces?” O algo por el estilo, pero lo que dijo me dejó sorprendida, verdaderamente.

Después me quedé, tirada en la cama, vacía, si, esa es la palabra, vacía, no sentía nada.

Vacía, en mi cabeza giraba solamente esa palabra… Vacía.

Cap. Décimo Primero. Dos sorpresas, una vergonzosa, la otra…

5 de Mayo. 02:49 A.m.

Al final, Santiago no tenía nada, pero no estuvo tan mal la tarde. Llegué a mi casa, y mamá estaba en la puerta. Le pidió a Tomi que se quedara conmigo, para hacerme compañía. Él acepto con facilidad.

En casa estuvimos haciendo zapping en la tele, tirados en el sillón del comedor. Creo que me quedé dormida, pero fue solo unos minutos.

Después baje un colchón de mi habitación, y ahí nos quedamos dormidos los dos. Mi papá nos despertó, moría de vergüenza; pero por suerte todavía era temprano, así que fui a abrirle la puerta y me llevé otra sorpresa, nos besamos. No. Corrección. Al principio me besó, después nos besamos.

Capaz que no escribo durante un rato largo, estas dos semanas tengo muchas pruebas y tengo que estudiar. Cualquier cosa urgente, te voy a escribir.

Cap. Décimo. Úsenme la ropa, no importa

Como solamente se iban a quedar a dormir, no tenían nada de ropa “linda”. Yo les propuse que se pusieran lo mismo del día anterior; me miraron con mala cara y siguieron sacándome ropa.

Terminaron usando mis pantalones nuevos (que yo todavía no había estrenado), mis remeras, collares, pulseras, zapatos, maquillaje; en fin, todo.

Como todavía era muy temprano, fuimos a caminar a una plaza, que quedaba cerca de mi casa.

Mientras caminábamos, con Tomi íbamos agarrados de la mano. Y por supuesto, Megara y Aria iban de mi lado izquierdo, y Juan con Federico del lado derecho de Tomás.

Reíamos, hablábamos, estábamos de lo más bien, cuando mi chico me dijo al oído que no adelantáramos un poco, para dejarlos a ellos cuatro solos.

Busqué desesperadamente un comercio de ropa y, por suerte, logre ver uno de ropa más o menos decente. Corrí tirando a Tomás del brazo, y mire atontada un conjunto de ropa, que, la verdad, no estaba tan mal.

Nuestro plan, funcionó perfectamente, Meg, tratando de seguirme, se tropezó con una baldosa suelta y casi se cae arriba de Federico. Él la agarro en el momento justo, y desde ahí no los separamos más en toda la tarde.

Como no les quedaba otra Aria y Juan Pablo se juntaron para hacer sociales y quedaron re enganchados.

- Bueno, ¿Que prefieren, vamos a comer pizza o vamos a un restaurante?- dijo Tomás, cuando era el mediodía y Meg ya se había quejado que tenía hambre.

- Vamos a comer pizza, no traje tanta plata- dije revisando mi billetera negra con besitos rosas, que me había regalado hacía un año Manuela.

Todos asintieron.

Caminamos unas cuadras más, y cuando llegamos a la pizzería, me dí cuenta que Meg y Fede iban de la mano; igual que Ari y Juampi.

Terminamos de comer, y me llego un mensaje al celular:

“Saphi, volve rápido, que Santi tiene fiebre. Nos vamos al hospital. Mamá.”

Quería morirme, era una de las mejores tardes de mi vida, y la veía arruinada por la salud de mi hermano. Esperaba esa misma tarde ir al cine con Tomás solamente, pero no se iba a poder.

- Hey, Saph ¿Qué pasa?- otra ves me delataba mi cara, Aria era la primera en darse cuenta.

- No, mamá dice que mi hermanito esta con fiebre, me tengo que volver…

- Bueno, déjame que te acompañe- agrego Tomás rápidamente al ver que me levantaba de la mesa.

Sonreí, y saludé a los demás, les guiñe el ojo a las chicas y nos volvimos.

Veníamos en silencio, cada tanto nos mirábamos y sonreíamos, pero no pasábamos más de eso.

Cap. Noveno. Linda idea, girls

Corrí a mi habitación, me puse una pollera gris, una remera manga corta, unas medias blancas hasta la rodilla, que combinaba con la remera, y mis zapatillas negras.

Bajé al baño a lavarme la cara, y volví a subir rápidamente a pintarme y peinarme.

- Chicas- grité terminando con mi ojo derecho- ¿Pueden subir?

- Si, ahí vamos- respondió Ari-. Espera que terminamos con los colchones.

Subieron, y justo me agarraron despeinándome.

- Veni, dame que te ayudo- Se ofreció Meg, y le dí el peine.

- Perdón- dije mientras me planchaban el pelo-, pero saben lo mucho que quería salir con Tomás…

Siguieron peinándome en silencio, y fue bastante incomodo, por que pedí perdón como siete veces y nada, seguían calladas.

Cuando terminaron recién ahí hablaron.

- Mira- dijo Aria, terminando de hacerme el recogido del pelo-, no nos molesta que salgas con el pibe. Nos molesta que no nos hayas dicho nada

- No, pasa que me re olvide- repuse dándome vuelta-. Lo juro- agregue; no me creían.

- Okey, ¿Y en donde se juntan?- pregunto Megara, como si no hubiera pasado nada, muy interesada.

- No sé, dijo que me pasaría a buscar

- Ah… Guau, ¿Así que con Tomás, eh?- agregó Ari.

Me encogí los hombros y las abracé.

Timbre.

Gritamos y bajamos corriendo por las escaleras.

Y en la puerta, sentí un montón de emociones; sorpresa, alegría, ternura, desilusión, tristeza.

No en ese orden, pero más o menos así.

Tomás no estaba solo, lo acompañaban Federico y Juan Pablo. Me sorprendí muchísimo, pensaba que estaríamos los dos solos.

Aria y Megara se metieron corriendo hacia dentro al ver a los acompañantes de Tomi.

- Sabia lo de la fiesta de Meg, así que se me ocurrió que hagamos una salida en parejas…- me dijo Tomás cuando pasaron al living.

Sonreí, y le dije que me esperara que las iba ayudar a mis amigas.

- -¿¡Cómo se te ocurre invitar a Federico y Juan Pablo!? ¿¡Vos estas loca!?- me gritó Aria en mi habitación.

- Yo no los invité, Tomás los trajo, no tenia idea- me defendí, muy enojada.

- ¿Y ahora qué? ¿Vamos a salir los seis? – preguntó Megara, revolviendo mi armario.

- Si, esa era su idea…

Cap. Octavo. Feliz Cumpleaños.

Siete. Timbre. Corrí lo más rápido que me permitía el espacio de mi casa.

Y ahí estaban, las dos, súper lindas, con un grupo de chicos atrás.

Al principio me quedé paralizada, y después me apresure a abrirles.

La primera en entrar fue Meg, a la que abracé, tire del pelo y bese, todo al mismo tiempo, diciéndole “feliz cumple”

Después entró Ari, la abracé; y después uno por uno, entró el grupo de amigos. Nicolás, Julián, Ezequiel, Sebastian, Manuel, Marco, Esteban.

Subimos directamente a la terraza, el volumen estuvo al tope hasta las doce, cuando los chicos se fueron.

Bajamos a despedirlos, en cuanto a Aria, se quedó media hora más o menos.

- Bueno, mientras esperamos a que vuelva Ari, ¿Vemos una película? – pregunté, dando vuelta la heladera en busca de algo para comer.

- Dale, veamos algo de terror- respondió la desaparecida.

- Okey- dije mientras cerraba la heladera, y me dirigía hacia las escaleras- la próxima avísanos que vas a estar en la puerta ¿Viste?

Se rieron juntas.

- Únicamente hablaba con Esteban…

Me reí con fuerzas, a mi no me engañaba.

Baje con un pilón de películas; terminamos eligiendo “Invasores”, y cuando termino ésta, y no teníamos sueño todavía, vimos “Two and a half men”.

- Hey, Saph, despertate

- ¿Que?- dije medio dormida- ¿Que pasa?

- Ya son las nueve, ¿No vamos a ir a la terraza?

- Paren un poco- me levante de un golpe- ¿Qué hora es?

- Las nueve, ¿Por?- respondieron las dos juntas.

- ¡AY NO! – me levante corriendo-. ¡Me iba a juntar con Tomi a las diez!- explique rápidamente.

- Pero falta una hora todavía- dijo Meg, levantándose de golpe-. Aparte ¿Por qué justo hoy?

- No se, pero si me voy a ir, me tengo que apurar…

Sabía perfectamente que estaban enojadas, luego les pediría perdón, pero ahora me iba a juntar con un chico que me había costado muchísimo entablar relación, me tendrían que perdonar. Eso espero.